Entre sensualidad, aromas y eficacia.

Desde hace años, los distintos laboratorios cosméticos, han estudiado y desarrollado la posibilidad de sintetizar las sustancias activas extraídas de las plantas e incorporarlas a través de vehículos como liposomas o ceramidas para su mejor penetración en la piel.
En la actualidad, no obstante, conviven todos estos avances tecnológicos con una visión de recuperar lo natural a partir de tratamientos que incorporan directamente la materia prima sobre el área a trabajar.
Tradicionalmente, el Chocolate es demandado por la gran carga de sensualidad que conlleva, entendiéndose por esto, la estimulación que ejerce sobre los sentidos: visualmente atractivo, aromáticamente placentero, gustosamente sabroso y delicadamente suave al tacto.
El Cacao contiene sustancias que liberan hormonas, capaces de generar sensaciones de bienestar, tranquilidad, felicidad, mejorando el ánimo, en líneas generales.
Y otras sustancias, las endorfinas, directamente relacionadas con el centro del placer, por lo que al entrar en contacto con él, la reacción es inmediata y duradera.
Además de lo antes mencionado, el Cacao contiene en sus semillas y su vaina, otro tipo de sustancias.
Los polifenoles son antioxidantes, retrasan el envejecimiento cutáneo.
El Tanino, es lipolítico, quema grasas.
Manteca de Cacao, rica en Omega 9, de propiedades hidratantes y nutrientes.
Se han elaborado distintos productos a base del cacao, como pulpas y emulsiones, tanto para tratamientos faciales, corporales y capilares.
Éstos últimos otorgan brillo, suavidad y luminosidad al cabello, utilizando el chocolate negro para cabellos oscuros y el chocolate con leche, para los claros.