No se conoce con exactitud el inicio de la perfumería, sin embargo se tiene conocimiento de que ya en la Edad de Piedra, los Hombres incineraban maderas aromáticas para perfumar el ambiente, satisfacer a sus divinidades a través del humo en rituales religiosos y para ahuyentar enfermedades considerándolo inclusive como método de cura.
Perfume, del latín, “per ferrum”, significa justamente, a través del humo.
Los primeros perfumistas artesanales fueron los egipcios, quienes fabricaron los perfumes para uso humano logrando extraer y mezclar, los jugos de flores y plantas.
La perfumería se fue transformando con el paso del tiempo hasta llegar a la producción industrial y ser catalogada como artículo de lujo.
El hallazgo del alcohol fue uno de los descubrimientos más importantes en esta transformación. El primer perfume famoso elaborado con alcohol fue una crema llamada “Agua de la reina de Hungría” en honor a la princesa húngara Isabel (S. XIII).
El primer perfume elaborado con fines comerciales se conoció como “Agua de Reina”, creado por el italiano Juan María Fanna establecido en la ciudad de Colonia (Imperio Prusiano) y cuya fórmula obtuvo de los conocimientos de un monje que vivió en Oriente durante años. De hecho, la fragancia más antigua que se conoce en la actualidad, es el Agua de Colonia 4711.
La diferencia entre los extractos, perfumes y colonias, radica en la concentración de alcohol.
Así los extractos por ejemplo, son los que más perduran en la piel por su alta concentración alcohólica (entre 18 % y 20 %) siendo su aroma muy intenso.
Eau de Perfum: alcanzan hasta un 15% de concentración alcohólica mezclada con aceites aromáticos y se utilizan las mismas esencias que en los extractos.
Eau de Toilette: los aceites aromáticos integrados con el alcohol sólo alcanza un 5% de concentración y el otro 2% lo forman las esencias. Es muy liviana y la de menor persistencia
Podría decirse que conocer de esencias y saber perfumarse, es todo un arte.
También es importante elegir el perfume adecuado de acuerdo al tipo de piel, ya que cada persona tiene un perfume particular y único que varía en relación a su alimentación y PH.
Esto hace que el individuo reciba y reaccione ante un aroma, antes de “sentir” que está en contacto con él
La memoria olfativa es entonces, determinante en las elecciones y actitudes
Agradezco la participación de mi hija Marlene, quien se prestó para fotografiarse en esta publicación.
Fotos: Guillermo Bachmann