Piel sana

Existen distintos tipos de Cosméticos:

higiénicos, protectores, dermatológicos, decorativos

y correctivos. Dentro de estas dos últimas categorías,

encontramos los productos relacionados con el Maquillaje.

El Maquillaje siempre estuvo ligado a los usos y costumbres de los pueblos, desde los más primitivos en los que su finalidad era mágico-religiosa, hasta los de la actualidad, en los que se lo entiende como un conjunto de procedimientos destinados a embellecer los atractivos naturales de la mujer, intentando reflejar su personalidad a través de él.

Para esto es indispensable tener una Piel cuidada, sana, porque es sobre ésta donde se realiza el Maquillaje.

Entramos entonces, en el terreno de la Prevención.

Para lograr una piel sana, debemos mantener una dieta balanceada, realizar deportes o alguna actividad física, y realizar un tratamiento diario de higiene, tonificación e hidratación o nutrición, con productos de buena calidad.

Como la piel es un órgano,

cumple diversidad de funciones

tales como:

Reproducción de fotografía realizada en lápiz

por Eliana Roiger

1. regular la temperatura corporal,

2. impedir la pérdida de agua por evaporación,

3. proteger al organismo de agresiones mecánicas, físicas y químicas del medio exterior,

4. actuar como mecanismo defensivo contra microorganismos,

5. ejercer un importante papel sensorial.

Por lo tanto, su estado ideal, depende del perfecto equilibrio fisiológico de los tejidos que la componen.

Éstos pueden sufrir alteraciones, además de las provocadas por los cambios evolutivos.

Nos introducimos en el campo de la Terapéutica específica, cuyo objetivo es restaurar el equilibrio fisiológico de la piel, mejorar su funcionalidad y prevenir o demorar futuras alteraciones.

Esto se logra posibilitando una buena absorción cutánea, a través de la hipertermia y poro dilatación, ablandamiento de lípidos (grasas superficiales) con la utilización de liposolventes, aumento de la hidratación de la capa córnea y disminución de su grosor.